Orar y velar
Cuando tienen luchas espirituales, los creyentes en Jesús deberían tomar seriamente la oración. Sin embargo, una mujer descubrió que podría ser peligroso practicarlo de manera insensata. Cuando oraba, cerraba los ojos. Pero un día, mientras conducía y oraba (¡con los ojos cerrados!), no se detuvo en un semáforo, pasó volando el cruce y terminó en el patio de una casa. Aunque salió ilesa, le hicieron una multa por conducir imprudentemente y dañar una propiedad. Esta guerrera de oración no consideró una parte clave de Efesios 6:18: mantenerse alerta.
Amargura de dulces robados
En Alemania, unos ladrones robaron un camión refrigerante con más de 20 toneladas de chocolate. El valor estimado de la dulzura robada era de 80.000 dólares. La policía local pidió a quienes se les ofrecieran grandes cantidades de chocolate por canales inusuales que lo reportaran de inmediato. ¡Sin duda, los que robaron esa enorme cantidad de dulces enfrentarán consecuencias amargas si son capturados y sentenciados!
Jesús, nuestro sustituto
Un muchacho rico de 20 años corría en una carrera de velocidad con su auto, cuando atropelló y mató a un peatón. Aunque lo condenaron a tres años de prisión, algunos creen que el hombre que compareció en la corte (y que después fue a la cárcel) fue un sustituto contratado por el conductor que cometió el delito. Este tipo de cosas ocurren en algunos países donde las personas alquilan a dobles para evitar pagar por sus delitos.
Dios solo puede satisfacer
A un hombre le entregaron en su casa comida por mil dólares, pero no estaba por tener una fiesta. En realidad, él no había hecho ese pedido, sino su hijo de seis años. ¿Cómo fue? El padre lo había dejado jugar con su teléfono y el niño lo usó para pedir platos caros de varios restaurantes. «¿Por qué hiciste eso?», le preguntó el padre, mientras el niño se escondía bajo el cobertor. El niño respondió: «Tenía hambre». Su apetito e inmadurez lo llevaron a un costoso resultado.
No es la suerte, sino Cristo
La revista Discover sugiere que hay alrededor de 700 trillones de planetas en el universo, pero ninguno como el planeta Tierra. El astrofísico Erik Zackrisson dijo que uno de los requisitos para el mantenimiento de la vida es girar por la órbita en la zona de habitabilidad, donde la temperatura es justo la correcta y el agua puede existir. De todos esos planetas, la Tierra parece ser el único con las condiciones apropiadas. Zackrisson concluye que, de alguna manera, nuestro planeta «tuvo la suerte de su lado».
Abatido
La soberbia precede y, a menudo, lleva a la humillación… algo que descubrió un hombre en Noruega. Sin siquiera vestir ropa para correr, este arrogante desafió a Karsten Warholm —récord mundial de 400 metros con vallas— a correr. Warholm, que entrenaba en un gimnasio público, complació al retador y lo aplastó. En la llegada, el dos veces campeón mundial sonrió cuando el hombre insistió en que ¡había tenido una mala salida y quería correr de nuevo!
No más prejuicios
Hace años, Julie Landsman hizo una prueba para trompista principal de la Orquesta Metropolitana de Ópera de Nueva York, que se realizó detrás de una cortina para evitar prejuicios en los jueces. Landsman ganó, pero cuando salió de detrás de la cortina, algunos de los jueces, todos hombres, se fueron caminando y le dieron la espalda. Al parecer, buscaban otra clase de persona.
Aprender de los errores
La Biblioteca de los Errores se fundó en Edimburgo, Escocia, para ayudar a evitar errores financieros como los de 1929 y 2008 que derrumbaron la economía mundial. Su colección de más de 2.000 libros puede ayudar a instruir a la próxima generación de economistas. Es un ejemplo perfecto de cómo «las personas inteligentes siguen haciendo cosas estúpidas», dicen sus curadores, quienes sostienen que la única manera de desarrollar una economía fuerte es aprender de los errores previos.
La corona de la vida
Una niña de doce años estaba preocupada porque llegaría tarde a su carrera de 5 kilómetros. Su ansiedad la llevó a salir con el grupo equivocado de corredores, que participaban de la media maratón (¡21 kilómetros!). Después de 5 kilómetros, cuando la línea de llegada no se veía por ninguna parte, se dio cuenta de que estaba en una carrera más larga y difícil. En lugar de abandonar, siguió corriendo. La maratonista por accidente completó su carrera y llegó en el lugar 1.885 entre 2.111 competidores. ¡Eso sí que es perseverancia!
Dios al rescate
A un voluntario compasivo lo llamaron «ángel guardián» por sus heroicos esfuerzos. Jake Manna estaba instalando paneles solares cuando se unió a una búsqueda urgente de una niña de cinco años. Mientras los vecinos buscaban en garajes y patios, Manna tomó un sendero hacia una zona boscosa donde detectó a la niña hundida hasta la cintura en un pantano. Se metió cuidadosamente en el lodo pegajoso para sacarla del aprieto y devolvérsela, empapada pero a salvo, a su agradecida madre.